En búsqueda de la decisión óptima, la solemnidad de la licitación pública, tiende a comprometer la oportunidad de la compra. En contraparte, la celeridad de la libre gestión y de la contratación directa, riñe con la calidad de la decisión con los procedimientos administrativos actuales, los compradores públicos se debaten entre lo óptimo y lo oportuno.
Edición #93, Revista Derecho y Negocios